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La cultura es el legado de la nobleza del mundo: Cita

14 Apr 2025·7 min read
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En octubre de 1963, André Malraux pronunció palabras que marcaron la historia del pensamiento cultural del siglo XX. Declaró: “La cultura es la herencia de la nobleza del mundo”. Esta frase, llena de profundidad, sigue resonando hoy en día.

André Malraux cultura herencia

Malraux, entonces ministro de Asuntos Culturales de Francia, compartió esta visión durante un viaje a Canadá. Del 7 al 15 de octubre, visitó Ottawa y Quebec. Llevó un mensaje sobre la importancia de la civilización y del patrimonio cultural.

El 11 de octubre, durante un discurso en Quebec, Malraux subrayó una elección crucial. Habló de la necesidad de preservar la riqueza cultural para no perder nuestra identidad. Esta declaración fue transmitida al día siguiente por las ondas de Inter actualités, cautivando a un amplio público.

Esta visita reforzó los lazos entre Francia y Quebec. Abrió el camino a una nueva era de cooperación cultural. La nobleza de la que habla Malraux no es la de sangre, sino la del espíritu. Es un patrimonio universal que cada uno puede apropiarse.

¿Quién dijo que la cultura es la herencia de la nobleza del mundo?

La frase “La cultura es la herencia de la nobleza del mundo” se atribuye a André Malraux. Este pensador francés del siglo XX marcó la literatura y la política. Consideraba las bellas artes y las humanidades como un patrimonio universal, esencial para nuestra humanidad.

André Malraux: el hombre detrás de la cita

André Malraux fue un escritor, un intelectual y un político francés. Fue ministro de Estado encargado de Asuntos Culturales, bajo la presidencia del general de Gaulle, de 1959 a 1969. Su visión de la cultura como fuerza unificadora fue moldeada por su pasión por el arte y la literatura.

El contexto histórico del discurso en Quebec

Malraux pronunció estas palabras durante una visita a Quebec, del 7 al 15 de octubre de 1963. Esta visita tuvo lugar durante la Revolución Tranquila, un período de cambios sociales y culturales importantes. Su objetivo era fortalecer los lazos culturales entre Francia y Quebec.

La importancia de esta declaración en 1963

Esta declaración tuvo un impacto considerable en su momento. Destacaba la importancia de la cultura como herencia común, trascendiendo las fronteras nacionales. Malraux consideraba la cultura como un medio para acercar a los pueblos y promover la comprensión mutua. Esto era particularmente relevante en el contexto de las relaciones franco-quebécoises.

La esencia de la cultura según André Malraux

André Malraux, una figura de la aristocracia intelectual francesa, influyó profundamente en nuestra comprensión de la cultura. Para él, el patrimonio cultural era más que un herencia; era una fuerza vital contra el olvido y la muerte.

Malraux consideraba la cultura como “la única fuerza que tenemos frente al elemento de la noche”. Esta visión resalta el papel esencial de la erudición y del arte en nuestra sociedad. Veía la obra de arte como “lo que ha escapado a la muerte”, simbolizando la durabilidad de la creación humana.

Su concepto de la cultura trascendía los límites del tiempo y del espacio. Para Malraux, el patrimonio cultural era un medio para combatir el borrado, dejando una marca duradera en la historia. Esta visión influyó en su política cultural, especialmente con la creación de las Casas de la Cultura.

Desde la inauguración de la primera Casa de la Cultura en Bourges en 1963, el legado de Malraux sigue inspirando hoy en día. Su objetivo era crear una Casa de la Cultura en cada departamento francés. Quería hacer el arte accesible para todos, sin distinción social.

Malraux sentó las bases de una democratización cultural. Deseaba que cada joven tuviera “un verdadero contacto con su patrimonio nacional y la gloria del espíritu de la humanidad”. Esta visión sigue siendo central en los debates sobre la política cultural en Francia, entre “cultura para todos” y “cultura para cada uno”.

El papel del ministro de Asuntos Culturales

En 1959, el general de Gaulle establece el ministerio de Asuntos Culturales, confiando la dirección a André Malraux. Esta iniciativa revoluciona la política cultural en Francia, estableciendo la cultura, incluida su valor cultural contemporáneo, como prioridad gubernamental.

La creación del ministerio de Cultura

El nuevo ministerio busca democratizar el acceso a la cultura y proteger el patrimonio nacional. Malraux, escritor e intelectual de renombre, aporta su experiencia y visión a este papel esencial.

Las iniciativas culturales bajo Malraux

Malraux lanza varios proyectos bajo su impulso. Las Casas de la Cultura, edificios modernos, están diseñadas para promover el arte y la cultura en toda Francia. En diez años, se inauguran ocho de estas Casas, incluidas las de Le Havre en 1961 y Grenoble en 1968.

La visión de la democratización cultural

Malraux aspira a hacer la cultura accesible a todos los franceses. Introduce innovaciones como el régimen de anticipo sobre ingresos para el cine. Esta visión revoluciona el panorama cultural francés, estableciendo la cultura como fundamento de la civilización y un legado a transmitir.

En 2019, el ministerio de Cultura celebra sus 60 años, subrayando el impacto duradero de la visión de Malraux sobre el patrimonio cultural francés.

Las Casas de la Cultura: Un legado concreto

Las Casas de la Cultura encarnan un proyecto emblemático de André Malraux, destinado a democratizar el acceso a las bellas artes y a las humanidades. Estas “catedrales modernas” fueron concebidas para ofrecer un legado cultural accesible a todos los franceses.

El ambicioso proyecto de las catedrales modernas

Malraux deseaba establecer 90 Casas de la Cultura, una por departamento. Este vasto proyecto tenía como objetivo acercar el arte y la cultura al pueblo. Buscaba transformar el paisaje cultural francés.

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El impacto en la democratización cultural

Las Casas de la Cultura jugaron un papel esencial en la democratización del acceso a la cultura. Permitieron a un público más amplio descubrir las bellas artes, las humanidades y las tradiciones congoleñas. Esto contribuyó a enriquecer la cultura de la sociedad francesa.

El balance de las realizaciones

El balance de las realizaciones es mixto. En diez años, solo se construyeron una decena de Casas de la Cultura, muy por debajo del objetivo inicial. Sin embargo, su impacto en el paisaje cultural francés es innegable.

AñoEventoImpacto
1959Creación del ministerio de CulturaFundación para los proyectos culturales
1963Distribución de tutelas de asociacionesFracasos en la correspondencia con la realidad
1966Primer Festival Mundial de las Artes NegrasApertura cultural internacional
1968Inauguración de la Casa de la Cultura de GrenobleSímbolo de la visión de Malraux

La relación Francia-Quebec a través de la cultura

La visita de André Malraux a Quebec en 1963 marcó un punto de inflexión en las relaciones culturales entre Francia y Quebec. Este encuentro se inscribe en el contexto de la Revolución Tranquila, un período de modernización rápida de la sociedad quebequense.

El acercamiento franco-quebequense se basa en un patrimonio lingüístico y cultural compartido. La creación del ministerio de Asuntos Culturales de Quebec en los años 60 ilustra la importancia otorgada a la preservación de la identidad cultural quebequense.

La erudición y la civilización francesas resuenan de manera particular en Quebec. La mayoría de la población ve la cultura como estrechamente relacionada con la educación y las artes. Esta afinidad cultural tiene sus raíces en una historia compartida, que se remonta al Régimen francés (1608-1760).

Los intercambios culturales entre Francia y Quebec han reforzado la identidad quebequense frente a los desafíos de la modernidad. La noción de “soberanía cultural” emerge, subrayando la importancia de preservar un patrimonio único en un contexto norteamericano mayoritariamente anglófono.

AñoEventoImpacto cultural
1960Inicio de la Revolución TranquilaModernización de la sociedad quebequense
1961Creación del ministerio de Asuntos Culturales de QuebecRefuerzo de la identidad cultural
1963Visita de Malraux a QuebecAcercamiento cultural Francia-Quebec

Estas iniciativas han consolidado los lazos culturales transatlánticos. Han favorecido un diálogo enriquecedor entre dos sociedades francófonas que comparten un legado común mientras desarrollan sus propias especificidades, especialmente la identidad quebequense.

El legado cultural como resistencia al olvido

El legado cultural es esencial para mantener vivo nuestro pasado. Se ha desarrollado más allá de las fronteras de la aristocracia y la nobleza. Hoy en día, es accesible para todos, simbolizando un legado común. La transmisión de este patrimonio es crucial para preservar nuestra memoria colectiva.

La cultura frente a la modernidad

Frente a la evolución constante, la cultura es un pilar contra el olvido. Los museos, convertidos en centinelas de nuestro pasado, han emergido en el siglo XIX. En Francia, la llegada del puesto de inspector general de monumentos históricos en 1830 marcó el inicio de una protección oficial de nuestro patrimonio.

El arte como victoria sobre la muerte

El arte trasciende el tiempo y desafía la muerte. La misión heliográfica de los años 1850 es un ejemplo de esta voluntad de perpetuar nuestro legado. Al documentar los monumentos amenazados, creó archivos valiosos, inmortalizando nuestro patrimonio arquitectónico.

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La transmisión del patrimonio cultural

La transmisión de nuestro legado cultural es vital para unir generaciones. La UNESCO, con su lista del patrimonio mundial, atestigua el compromiso internacional para preservar nuestro legado. Este reconocimiento subraya la importancia de nuestro patrimonio cultural en la definición de nuestra identidad colectiva.

PeríodoEvento claveImpacto en el legado cultural
1790Primera utilización del término “monumento histórico”Inicio de la toma de conciencia sobre la preservación del patrimonio
1830Creación del puesto de inspector general de monumentos históricosInstitucionalización de la protección del patrimonio
Años 1850Lanzamiento de la misión heliográficaDocumentación y preservación visual del patrimonio arquitectónico
Siglo XXCreación de la lista del patrimonio mundial de la UNESCOReconocimiento internacional de la importancia del patrimonio cultural

La nobleza cultural en el mundo moderno

En nuestra sociedad actual, la nobleza cultural se amplía considerablemente. El legado cultural, símbolo de nuestro conocimiento colectivo, enfrenta nuevos desafíos. La protección de este legado, crucial para nuestra identidad, se convierte en un problema mayor.

Los desafíos de la preservación cultural

La globalización y la digitalización modifican nuestra percepción de la cultura. Las tradiciones locales se combinan con influencias globales, formando un paisaje cultural complejo. Esta evolución rápida plantea la cuestión de la conservación de nuestro patrimonio.

La erudición, antes reservada a una minoría, se abre a las masas gracias a las tecnologías modernas. Sin embargo, esta mayor accesibilidad corre el riesgo de conducir a una superficialidad. La nobleza cultural reside en la capacidad de profundizar y transmitir estos conocimientos de manera profunda.

La universalidad del legado cultural

La cultura, en su dimensión universal, trasciende los límites geográficos. Reúne a la humanidad más allá de las fronteras nacionales. Esta idea, querida por Malraux, encuentra su sentido en nuestro mundo conectado.

ÉpocaDefinición de la cultura
S.XVIPrimera atestación del sentido figurado
1871Complejo que incluye conocimientos, creencias, arte, moral, derecho y costumbres
1950Conjunto de sistemas simbólicos

El legado cultural, lejos de ser estático, evoluciona constantemente. Se renueva gracias a los intercambios entre culturas, enriqueciendo nuestro patrimonio. Esta universalidad de la cultura es un escudo contra la ignorancia y la intolerancia.

Conclusión

La visión de André Malraux sobre la cultura como herencia de la nobleza del mundo sigue resonando hoy en día. Su pensamiento ha marcado profundamente nuestra comprensión del arte y su papel en la sociedad. Afirmó que la creación artística da sentido a un mundo caótico, una idea siempre pertinente.

Malraux destacó la importancia de la “capacidad demiúrgica” del hombre, una capacidad creadora reconocida por primera vez en la historia. Esta perspectiva abrió un nuevo camino entre el arte y el mundo. Los significados artísticos evolucionan con cada época, ofreciendo una flexibilidad y adaptación constante.

El legado cultural, tal como Malraux lo concibió, trasciende fronteras y épocas. Nos invita a ver el arte como un lenguaje universal, capaz de comunicar la humanidad a través de los tiempos. Esta visión subraya nuestra responsabilidad colectiva hacia la preservación y transmisión de este noble legado cultural.

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